Juré que os haría habitar en él- La frase no es, juré a usted para hacer habitar en ella, pero juré, que es, a Abraham, a hacerte, es decir, su semilla, no se como individuos, sino como una personas; porque si ese acuerdo les hubiera sido prometido como individuos, había sido inconsistente con la veracidad divina no cumplir ese juramento; véase Grocio de Jure Bel. y Pac. lib. ii. C. xiii. secta. 3. Las promesas de Dios fueron hechas a la simiente de Abraham; a los hijos de Israel; para los hebreos, pueblo permanente; que iba a subsistir durante muchas edades, aunque hombres particulares se marchaban a diario, como en todos los cuerpos sucesivos fugaces.

A esa gente, les digo, las promesas se hicieron literalmente, y a las mismas personas se cumplieron literalmente. La promesa no estaba ligada a ciertas personas, sino a ciertas personas y, por lo tanto, podía cumplirse en cualquier momento, si no limitado de otra manera, mientras esa gente subsistiera. Es una forma muy habitual y muy inteligible de hablar, común en todos los idiomas, hablar de las naciones en su capacidad nacional, y decir nosotros o usted, no refiriéndonos a los individuos que ahora viven, sino a sus antepasados ​​o posteridad; véase la 59ª disertación de Saurin.

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