La lengua sana es árbol de vida. La lengua sana, o la lengua que sana, o la salud de la lengua, es árbol de vida, pero cuando es perversa quebranta el espíritu; o la perversidad, la corrupción de la lengua, es la muerte del espíritu. Una lengua que instruye, que consuela, que pacifica, en una palabra, una lengua que trae salud al espíritu y al corazón, es verdaderamente un árbol de vida. Pero una lengua corrupta, mentirosa, abusiva y perversa trae muerte al alma; aflige, irrita, corrompe.

La LXX lo traduce: La salud de la lengua es un árbol de vida, y el que la guarda será lleno del espíritu. Schultens y otros traducirían el hebreo: "La medicina de la lengua es un árbol de vida; pero la ofensa o la corrupción de ella es como un viento impetuoso que atraviesa y derriba todas las cosas". Vea su nota y Calmet.

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