Pérgamo. - A diferencia de Éfeso y Esmirna, Pérgamo no se distinguió como una ciudad comercial. Su importancia se debió a otras causas. Una llamativa colina en forma de cono se elevaba desde la llanura que bordeaba las orillas norteñas del Caicus. La colina se consideraba sagrada. Su valor como fuerte fortaleza natural se reconoció temprano, y se usó como torreón y tesorería donde los jefes locales depositaban su riqueza.

Su grandeza como ciudad databa de Eumenes II., A quien los romanos le dieron un gran territorio circundante, y que fijó Pérgamo como su residencia real. Bajo sus auspicios surgió una ciudad espléndida, rica en edificios públicos, templos, galerías de arte y con una biblioteca que rivalizaba con la de Alejandría. Se ha descrito como una ciudad de templos, "una especie de unión de una ciudad catedralicia pagana, una ciudad universitaria y una residencia real". Conservó su esplendor incluso después de su paso por legado a la República Romana, y Plinio la declaró una ciudad sin rival en la provincia de Asia.

Espada afilada de dos filos. - Ver nota sobre Apocalipsis 1:16 . La adecuación de este lenguaje al estado de la iglesia en Pérgamo se verá mejor después. (Ver Nota sobre Apocalipsis 2:15 .)

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