Esto nos da a entender que Nabucodonosor había llegado al cenit de su poder. La extensión de sus dominios puede estimarse con una precisión aceptable como sigue: - Hacia el norte poseía Armenia y una porción considerable de Asia Menor; en el oeste, Siria y, en un tiempo, Egipto; hacia el sur, su poder llegó al Golfo Pérsico; mientras que en el este, los medos y elamitas estaban sujetos a él.

Poseyendo, como él, el Mediterráneo y el Golfo Pérsico, todos los tesoros del mundo conocido estaban a su disposición. En su primera visión fue representado como la cabeza dorada de la imagen. En su orgullo, deseaba que toda la imagen fuera de oro y que él mismo fuera la imagen, pero este era el pecado por el que iba a sufrir.

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