Uno y otro. - Ésta es la expresión ordinaria de igualdad. A diferencia de la primera división del laudo, el territorio se organizará en doce porciones iguales. Esto se entiende generalmente en el sentido de que las franjas de territorio asignadas a cada tribu serán de igual ancho, y tal es sin duda el significado del profeta, ya que la visión en todo momento da poca cuenta de las características naturales del país.

Sin embargo, conviene advertir de pasada que la superficie real del territorio entregada a las tribus se vuelve así muy desigual. El país era casi tres veces más ancho en el sur que en el norte, y las tribus del sur tendrían en realidad casi tres veces más tierra que las del norte, aunque idealmente eran iguales. Si las porciones fueran realmente iguales, el mapa dado bajo Ezequiel 48 cambiaría mucho.

Tal arreglo movería la "oblación" más al sur y le daría un amplio espacio entre el este y el oeste. Su línea norte estaría un poco al norte de Jerusalén, y su sur dentro de diez o doce millas de Beersheba, y el Templo estaría situado a unas pocas millas al noroeste de Hebrón y aún en la línea divisoria de aguas occidental.

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