He abandonado mi casa. - El hablante es claramente Jehová, pero la conexión con lo que precede no está clara. Posiblemente tengamos, en este capítulo, lo que en los escritos de un poeta se llamarían piezas fragmentarias, escritas a intervalos y que representan diferentes fases del pensamiento, y luego ordenadas sin los dispositivos de encabezados y títulos y espacios con los que la librería moderna ha hecho nos es familiar.

En la medida en que se pueda rastrear una secuencia de pensamientos, es esta: “Tú te quejas de tus propios sufrimientos, pero aún te aguardan cosas peores; ¿Y qué, después de todo, son los tuyos, comparados con los que yo, Jehová, he traído sobre mi heredad, tan querida como es para mí? ”

Me he ido. - Mejor, lo he desechado.

En la mano. - Literalmente, la palma, como entregada por completo, incapaz de resistir y sin necesidad de "agarre " de toda la mano.

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