Les hemos jurado ... por lo tanto, no podemos tocarlos. - Aunque el pacto fue obtenido de los israelitas con falsos pretextos, sin embargo, al haber sido hecho en el nombre de Jehová, no podía romperse; era Su pacto. “El que jura para su propio mal, y no cambia”, se elogia en Salmo 15:4 . Debemos notar que la ley de Jehová había elevado el tono de la moralidad en este particular. Hay muchos cristianos que no dudarían en repudiar un acuerdo celebrado con falsos pretextos.

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