Versículo 2 Reyes 17:6 . Tomó Samaria. Según los profetas Oseas, Oseas 13:16 , y Miqueas, Miqueas 1:6 . Ejerció grandes crueldades en esta miserable ciudad, destrozando a las mujeres encinta, arrojando a los niños pequeños contra las piedras, etc.

Llevaron a Israel a Asiria. Cuáles fueron los lugares a los que fueron llevados los desafortunados israelitas, o dónde se encuentran ahora sus sucesores, han dado lugar a innumerables conjeturas, disertaciones, discursos, etc. Algunos sostienen que se encuentran en la costa de Guinea otros, en América siendo las tribus indias los descendientes de los llevados por los asirios. En el vol. i. del Suplemento a las obras de Sir Wm. Jones, encontramos una traducción de la Historia de los Afganos, por el Sr. H. Vansittart; de la que se desprende que derivan su propia descendencia de los judíos. Sobre esta historia Sir Wm. Jones escribe la siguiente nota: -

"Este relato de los afganos puede conducir a un descubrimiento muy interesante. Aprendemos de Esdras, que las diez tribus, después de un viaje errante, llegaron a un país llamado Arsaret, donde podemos suponer que se establecieron. Los mejores historiadores persas dicen que los afganos descienden de los judíos; tienen tradiciones entre ellos de tal ascendencia, e incluso se afirma que sus familias se distinguen por los nombres de las tribus judías; aunque, desde su conversión al Islam, ocultan cuidadosamente su origen. El pushtoo, del que he visto un diccionario, tiene un parecido manifiesto con el caldaico; y un distrito considerable bajo su dominio se llama Hazarek o Hazaret, que podría haber sido fácilmente cambiado por la palabra utilizada por Esdras. Recomiendo encarecidamente que se investigue la literatura y la historia de los afganos". Teniendo en cuenta todo esto, creo que lo más probable es que los afganos sean los descendientes de los judíos, que fueron llevados cautivos por los reyes asirios.

Así terminó el reino de Israel, después de haber durado doscientos cincuenta y cuatro años, desde la muerte de Salomón y el cisma de Jeroboam, hasta la toma de Samaria por Salmanasar, en el noveno año de Oseas; después de lo cual los restos de las diez tribus fueron llevados más allá del río Éufrates.

El resto de este capítulo se dedica a reivindicar la providencia y la justicia divina, mostrando la razón por la que Dios permitió que cayera tal desolación sobre un pueblo que había sido durante tanto tiempo sus hijos particulares.

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