Verso Éxodo 34:24. Ni nadie deseará tu tierra¡Qué prueba manifiesta fue ésta del poder y la providencia particular de Dios! ¡Qué fácil habría sido para las naciones circundantes tomar posesión de toda la tierra israelita, con todas sus ciudades cercadas, cuando no quedaban más que mujeres y niños para protegerlos! ¿No era esto una prueba permanente del origen divino de su religión, y una barrera que ninguna mente deísta podría superar? Tres veces al año Dios obró un milagro especial para la protección de su pueblo, controlando incluso los propios deseos de sus enemigos, para que no pudieran ni siquiera meditar el mal contra ellos. Los que tienen a Dios por protector tienen un refugio seguro; y ¡qué cierto es el proverbio: El camino del deber es el camino de la seguridad! Mientras este pueblo subió a Jerusalén para cumplir las ordenanzas del Señor, él mantuvo a sus familias en paz, y a su tierra en seguridad.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad