CAPÍTULO XXI

Los israelitas se lamentan por la desolación de Benjamín y

consultan al Señor, 1-4.

Preguntan quiénes de Israel no habían acudido a esta guerra, y

que no hicieran causa común, debían morir, 5, 6.

Consultan cómo conseguirán esposas para los seiscientos

hombres que habían huido a la roca Rimón, 7.

Al ver que los hombres de Jabes de Galaad no habían acudido a la guerra

envían doce mil hombres contra ellos, los golpean y

cuatrocientas vírgenes, que dieron por esposas a los

los que se habían refugiado en Rimón, 8-14.

Para mantener a las doscientas que quedaban, proponen

de las hijas de Silo, que podrían asistir a la fiesta anual del

Señor, que se celebraba en ese lugar, 15-22.

Se aconseja que cada uno se lleve una virgen de la fiesta, 23-25.

NOTAS SOBRE EL CAP. XXI

Versículo Jueces 21:1 . Ahora bien, los hombres de Israel habían jurado.  De este juramento que no habíamos oído antes; pero parece que habían comenzado esta guerra con la determinación de destruir completamente a los benjamitas, y que si alguno de ellos escapaba de la espada, a ningún hombre se le permitiría darle su hija por esposa. Por estos medios el remanente de la tribu debería haber sido pronto aniquilado.

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