Verso Levítico 17:7Ya no ofrecerán sus sacrificios a los demonios.  No sacrificarán לשעירים lasseirim, a los peludos, a las cabras. El famoso dios pagano, Pan, era representado como si tuviera las posaderas, los cuernos y las orejas de una cabra; y los mendesios, un pueblo de Egipto, tenían una deidad a la que adoraban bajo esta forma. Herodoto dice que todas las cabras eran adoradas en Egipto, pero el macho cabrío en particular. También parece que las diferentes especies de monos y simios eran objeto de adoración supersticiosa; y de ellos surgieron, no sólo Mendes y Júpiter Amón, que era adorado bajo la figura de un carnero, sino también Pan y los Sileni, con la innumerable manada de esos seres imaginarios, sátiros, dríadas, hamadríades, etc., todos dioses del bosque, y venerados entre los egipcios, griegos y romanos.

Tras los cuales se han ido de prostitución. Aunque este término se utiliza con frecuencia para expresar idolatría, no debemos suponer que no debe tomarse en un sentido literal en muchos lugares de la Escritura, incluso cuando se utiliza en relación con los actos de culto idolátricos. Es bien sabido que Baal-Peor y Astarot eran adorados con ritos impuros y que la prostitución pública formaba una gran parte del culto de muchas deidades entre los egipcios, moabitas, cananeos, griegos y romanos. El gran dios de estas dos últimas naciones, Júpiter, era representado como el corruptor general de las mujeres y de Venus, Flora, Príapo y otros, no es necesario hablar. Que hubo prostitución pública en los tiempos patriarcales,  Génesis 38:21. Y que hubo prostitución pública de mujeres con cabras en Egipto, véase Heródoto, lib. ii., c. 46, p. 108, edit. Gale, que da un caso de este tipo abominable que tuvo lugar en Egipto mientras él estaba en ese país. Véanse también muchos ejemplos en Bochart, vol. ii., col. 641; y​​​​​​​ Levítico 20:16.

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