Verso Mateo 18:4. Cualquiera, pues, que se humille... Tan grande es la disparidad entre el reino de Cristo y los reinos de este mundo, que no hay forma de elevarse a honores en el primero, sino por la humildad de mente y la continua humillación.

Es mayor.  Así, nuestro Señor les muestra que todos eran iguales , y que no puede haber superioridad entre ellos, sino lo que debe provenir de la más profunda humildad; él insinúa también, que dondequiera que se encuentre este principio, salvaría a su poseedor de buscar honores o beneficios terrenales, y de buscar ser un gobernante sobre su hermanos , o un señor en la herencia .

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