Verso Mateo 24:48. Pero si ese malvado sirviente... 

He aquí tres características de un mal ministro.

1. Tiene poca o ninguna fe en la pronta venida de Cristo, ya sea para castigar la maldad, o para perdonar y santificar a los que creen. Puede ser que no profese esto externamente, pero lo dice en su corazón, y Dios escudriña su corazón, y sabe que profesa enseñar lo que no cree.

2. Gobierna con un dominio absoluto, oprimiendo a sus colegas y haciendo violencia a los seguidores de Cristo. Y comenzará a maltratarlos.

3. Lleva una vida irregular no ama la compañía de los hijos de Dios, sino que come y bebe con los borrachos, prefiriendo las mesas de los grandes y los ricos, cuyo dios es su vientre, y así se alimenta sin temor. Gran Dios, salva tu heredad de ser asolada por tales lobos.

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