Así que hubo gran alegría en Jerusalén ,. No meramente carnales, expresado en comer y beber, y hacer feliz el uno con el otro, pero espiritual, debido a la restauración del servicio del templo, y las fiestas del Señor:

Porque desde el momento de Salomón, el hijo de David, el rey de Israel, no había similares en Jerusalén ; No es similar a la alegría, tan espiritual, sincera y abundante; ni una cantidad de personas que se regocijan juntos en tal ocasión; Tampoco durante tantos días juntos, que eran tantos como en la dedicación del templo por Salomón.

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