la corona de orgullo, los borrachos de Efraín, serán tranquilos bajo los pies. no solo arroja la mano, sino que pisoteada con los pies; Mostrando su destrucción absoluta, y el desprecio con el que deben usarse; que, con su carácter, se repite, para señalar sus pecados, la causa de ella, para denotar la certeza de la misma, y ​​que podría tomarse notificación de.

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