Hice un pacto con los ojos míos ,. No mirar a una mujer, y conjuntamente contemplar su belleza, no sea que su corazón se haga dibujado, por lo tanto, para su; Para los ojos están entradas a muchos pecados, y en particular a la suciedad, de los cuales ha habido casos, tanto en hombres y buenos, Génesis 34:2; así que el poeta t representa el ojo como el camino a través del cual la belleza de una mujer pasa a swifter que una flecha en los corazones de los hombres, y hace impresiones allí; ver 2 Pedro 2:14; Por lo tanto, Zalucus ordenó a los adúlteros para ser castigados, eliminando los ojos del adúltero u; por lo tanto, para prevenir esto, entró en un compromiso solemne con sí mismo, se sentó bajo una sola obligación, como si se hubiera atado a sí mismo por un pacto, hizo una resolución en la fuerza de la gracia divina, de no emplear sus ojos en mirar Objetos que pueden incursionar su corazón y llevarlo a la Comisión del pecado; hizo uso de todas las formas y medios, y tomó todas las precauciones para protegerse contra ella; Y particularmente esto, para cerrarlo o convertir sus ojos de contemplar lo que podría ser seductor y atractiva para él: se dice x de demócrata, que puso sus ojos porque no podía mirar a una mujer sin acomodarla.

¿por qué debería pensar en una criada ; de corrompiéndola y profanandola, ya que había hecho un pacto con sus ojos, y esto sería una violación de ese pacto: y, por lo tanto, además del pecado de lujuria después de ella, o de corromperla, sería un interruptor de pacto, y por lo que su pecado sería un agravado: o hizo un pacto con sus ojos, para evitar cualquier pensamiento, deseos e inclinaciones impurables en él; Porque el ojo afecta el corazón, y agita la lujuria, y emociona los pensamientos inmundos y los deseos de inchaión: esto demuestra que la idea del pecado es pecado; Esa fornicación se consideró un pecado ante la ley de Moisés; y ese trabajo entendió mejor la espiritualidad de la ley que los fariseos en el momento de Cristo, y tuvo la misma noción de lujuria en el corazón que era la fornicación y el adulterio como lo había hecho; y que los buenos hombres no están sin la tentación del pecado, tanto desde dentro como desde sin; y por lo tanto, debe rechazar cuidadosamente todas las apariencias del mal, y lo que lo lleva y tomar todas las precauciones necesarias para protegerse contra ella.

T MUSAYUS DE HERON. Plana. v. 92, c. u aelian. Vást. Hist. l. 13. C. 24. x tertuliano. Apuntar. C. 46.

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