Pero vino a mí palabra de Jehová, diciendo: (d) Tú has derramado mucha sangre, y has hecho grandes guerras; no edificarás casa a mi nombre, porque has derramado mucha sangre sobre la tierra delante de mis ojos.

(d) Esto declara cuán grandemente detesta Dios el derramamiento de sangre, ya que David por esta causa no puede construir el templo del Señor, aunque no emprendió ninguna guerra, sino por mandato de Dios y contra sus enemigos.

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