Y el Dios de Israel (l) despertó el espíritu de Pul, rey de Asiria, y el espíritu de Tilgathpilneser, rey de Asiria, y se los llevó, a los rubenitas, a los gaditas y a la media tribu de Manasés, y trajo ellos hasta Hala, Habor, Hara y hasta el río Gozán, hasta el día de hoy.

(l) Así, Dios incitó a los malvados y los usó como instrumentos para ejecutar su juicio justo contra los pecadores, aunque fueron guiados por la malicia y la ambición.

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