Y él respondió: No he turbado a Israel; mas tú y la casa de tu padre, habéis abandonado los mandamientos del SEÑOR y habéis seguido a los baales.

(f) Los verdaderos ministros de Dios no solo no deben permitir falsedades, sino que deben reprender con valentía a los impíos calumniadores sin respetar a las personas.

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