Entonces Saúl cayó en seguida sobre la tierra, y tuvo gran temor (i) a causa de las palabras de Samuel; y no hubo fuerzas en él; porque no había comido pan en todo el día ni en toda la noche.

(i) Los malvados cuando escuchan los juicios de Dios, tiemblan y se desesperan, pero no pueden buscar misericordia mediante el arrepentimiento.

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