Y Samuel, la aparición del espíritu maligno que tenía la forma de Samuel, dijo a Saúl: ¿Por qué me has inquietado para que me haga subir? Y Saúl respondió: Estoy muy angustiado, en gran angustia ; porque los filisteos me hacen guerra, y Dios se ha apartado de mí, y no me responde más, ni por profetas ni por sueños; Por lo tanto, te he llamado, Te he permitido llamar, para que seas me mostráis lo que haré.

Había una contradicción en la súplica de Saulo, que muestra que él sabía que él mismo estaba pidiendo consejo al diablo, porque si Dios no le respondió por medio de los profetas vivientes, ¿qué satisfacción podría haber obtenido de los muertos? Esto también lo pone de manifiesto el espíritu.

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