Y Asa, en el año treinta y nueve de su reinado, padeció una enfermedad en los pies, hasta que su enfermedad fue muy [grande]; pero en su enfermedad no buscó al SEÑOR, sino a los médicos.

(e) Dios plagó su rebelión y con esto declaró que no es nada comenzar bien, a menos que continuemos hasta el final, es decir, celosos de la gloria de Dios y pongamos toda nuestra confianza en él.

(f) Muestra que es inútil buscar a los médicos a menos que primero busquemos a Dios para purgar nuestros pecados, que son la causa principal de todas nuestras enfermedades, y luego usemos la ayuda de los médicos como un medio por el cual Dios obra.

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