Además, ordenó al pueblo que habitaba en Jerusalén que d) la porción de los sacerdotes y de los levitas, para que se animaran en la ley del SEÑOR.

(d) Los diezmos y las primicias para el sustento de los sacerdotes y levitas.

(e) Para que sus mentes no se enreden con la provisión de cosas mundanas, sino para que puedan servir al Señor completa y alegremente.

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