E hizo [lo que era] recto ante los ojos del SEÑOR, conforme a todo lo que hizo su padre David.

(a) Aunque los de Judá fueron dados a la idolatría y la impiedad, como lo fueron los de Israel, Dios, por causa de su promesa, fue misericordioso con el trono de David y, sin embargo, por su juicio hacia el otro, provocado al arrepentimiento.

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