Te ruego, oh SEÑOR, que te acuerdes ahora de cómo he caminado delante de ti en verdad y con un (b) perfecto corazón, y he hecho [lo que es] bueno ante tus ojos. Y Ezequías (c) lloró profundamente.

(b) Es decir, sin toda hipocresía.

(c) No tanto por su propia muerte, como por temor a que se restaurara la idolatría que él había destruido, y así el Nombre de Dios fuera deshonrado.

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