Entonces Nabucodonosor se acercó a la boca del horno de fuego ardiendo, [y] habló y dijo: Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos del Dios Altísimo, salid, y venid. Entonces Sadrac, Mesac y Abednego salieron de en medio del fuego.

(l) Esto elogia su obediencia a Dios, que no saldrían de este horno por temor alguno hasta el tiempo señalado, ya que Noé permaneció en el arca, hasta que el Señor lo llamó.

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