Entonces miré (y) a causa de la voz de las grandes palabras que decía el cuerno: miré [aun] hasta que la bestia fue muerta, y su cuerpo destruido, y entregado a la llama ardiente.

(y) Lo que significa que se asombró al ver a estos emperadores con tanta dignidad y orgullo, tan repentinamente destruidos con la venida de Cristo, cuando esta cuarta monarquía estaba sujeta a hombres de otras naciones.

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