Entonces miré a causa de la voz de las grandes palabras que decía el cuerno: miré [aun] hasta que la bestia fue muerta, y su cuerpo destruido, y entregado a la llama ardiente.

Ver. 11. Contemplé incluso hasta que mataron a la bestia. ] Hasta que todo el cuerpo del monstruo, y con él el reino papal, quedó en ruinas. Este Belarmino confiesa y lamenta que desde que comenzamos a llamar al Papa Anticristo, la Iglesia de Roma ha sufrido pérdidas. Cotton, el jesuita, confiesa que la autoridad del Papa es incomparablemente menor de lo que era, y que ahora la Iglesia cristiana no es más que un diminutivo.

Y su cuerpo destruido y entregado a la llama ardiente. ] El Apocalipsis, que es un comentario celestial sobre esta profecía, dice así: "La bestia y el falso profeta fueron lanzados vivos", para mayor tormento, "en un lago de fuego que arde con azufre". Apocalipsis 19:20

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