No respetaréis a las personas en el juicio; [pero] oiréis tanto a pequeños como a grandes; no tendréis miedo de la cara del hombre; porque el juicio [es] (m) de Dios; y la causa que os es demasiado dura, tráemela, y la oiré.

(m) Ustedes son sus lugartenientes.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad