Y los hijos de Israel les dijeron: Ojalá hubiéramos muerto por mano de Jehová en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne, [y] cuando comíamos pan hasta saciarnos; porque nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta asamblea.

(b) Es difícil para la carne no quejarse de Dios cuando el estómago está vacío.

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