Entonces vinieron a mí algunos de los ancianos de Israel, y (a) se sentaron delante de mí.

(a) Muestra la hipocresía de los idólatras, que pretenderán escuchar a los profetas de Dios, aunque en su corazón siguen nada menos que sus amonestaciones y también cómo de un modo u otro Dios los descubre.

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