Echad de vosotros todas vuestras transgresiones con las que habéis transgredido; y haceros un corazón nuevo y un espíritu nuevo; porque ¿por qué moriréis, casa de Israel?

(i) Muestra que el hombre no puede abandonar su maldad hasta que su corazón sea cambiado, lo cual es solo la obra de Dios.

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