Si el Dios de mi padre, el Dios de Abraham y el (h) temor de Isaac, no hubiera estado conmigo, de cierto me habrías despedido ahora con las manos vacías. Dios vio mi aflicción y el trabajo de mis manos, y te reprendió anoche.

(h) Es decir, el Dios a quien Isaac temía y reverenciaba.

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