Por tanto, la ley es débil, y el juicio nunca se publica; porque los impíos (b) rodean al justo; por tanto, el juicio sale (c) pervertido

(b) Para reprimirlo, si alguno se mostrase celoso de la causa de Dios.

(c) Porque los jueces que deben remediar este exceso, son tan malvados como los demás.

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