Entonces dije: ¡Ah, Señor DIOS! he aquí, los profetas (k) les dicen: No veréis espada, ni tendréis hambre; pero te daré paz segura en este lugar.

(k) Se compadece del pueblo y acusa a los falsos profetas que los engañaron; pero el Señor respondió que perecerán tanto los profetas que engañaron como el pueblo que se dejó seducir ( Jeremias 23:15 ; Jeremias 27:8 ; Jeremias 29:8 ).

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