Así ha dicho el SEÑOR; Haced juicio y justicia, y librad al destruido de la mano del opresor; y no hagáis mal, no hagáis violencia al extranjero, al huérfano, ni a la viuda, ni derraméis sangre inocente en este lugar. .

(a) Esta era su manera habitual de predicar ante los reyes desde Josías hasta Sedequías, que duró unos cuarenta años.

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