Y ciertamente la montaña que cae se desvanece, y la roca (k) se quita de su lugar.

(k) Murmura por la impaciencia de la carne contra Dios, como si usara gran severidad contra él como contra las duras rocas, o las aguas que se desbordan, de modo que por esto se le quita la oportunidad de su esperanza.

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