Debes saber con certeza que el SEÑOR tu Dios nunca más echará a estas naciones de delante de ti; pero os serán lazos y trampas, y azotes en vuestros costados, y espinas en vuestros ojos, hasta que perezcáis de esta buena tierra que el SEÑOR vuestro Dios os ha dado.

(e) Es decir, serán un dolor continuo para ti y, por lo tanto, la causa de tu destrucción.

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