Y les mandó, diciendo: He aquí, acecharéis contra la ciudad, detrás de la ciudad; no os alejéis mucho de la ciudad, pero estad preparados.

(b) Dios no destruiría Hai por un milagro, como Jericó, para que otras naciones temieran el poder y la política de su pueblo.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad