[Ahora] mientras alegraban su corazón, he aquí, los hombres de la ciudad, ciertos hijos de Belial, rodearon la casa en derredor, [y] (g) golpearon la puerta y hablaron al dueño de la casa: el anciano, diciendo: Saca al hombre que entró en tu casa, para que lo conozcamos.

(g) En un intento de romperlo.

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