(12) Y en seguida, mientras él aún hablaba, vino Judas, uno de los doce, y con él una gran multitud con espadas y varas, de parte de los principales sacerdotes, los escribas y los ancianos.

(12) Como los hombres robaron voluntariamente a Dios, su creador, su alabanza al abandonarlo y traicionarlo, así Cristo, que voluntariamente se dispuso a satisfacer esta ruina, es abandonado por los suyos y traicionado por uno de sus conocidos como ladrón, para que el castigo sea acorde con el pecado, y que nosotros, que somos traidores, desamparados y los que cometemos sacrilegios, seamos librados del lazo del diablo.

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