(5) Y cuando los hombres de aquel lugar lo conocieron, enviaron a toda aquella tierra de alrededor y le trajeron todos los enfermos;

(5) En ese acto en el que Cristo sana a los enfermos, se nos muestra que debemos buscar remedio para las enfermedades espirituales en sus manos: y que nosotros mismos estamos obligados no solo a correr hacia él, sino también a traer a otros a él.

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