(2) Porque [el reino de los cielos es] como un hombre que viaja a un país lejano, [que] llama a sus propios siervos y les entrega sus bienes.

(2) Cristo testifica que pasará mucho tiempo entre su partida a su Padre y su regreso a nosotros, pero a pesar de eso, en ese día tomará en cuenta no solo a los rebeldes y obstinados, cómo han hecho uso de lo que recibieron de él, pero también de sus sirvientes domésticos, que debido a la pereza no emplearon los dones que él les concedió.

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