Porque el reino de los cielos es como un hombre que viaja a un país lejano, que llama a sus propios siervos y les entrega sus bienes.

Ver. 14. Y les entregó sus bienes ] Apenas hay hombre que no tenga una cosa u otra en él, que sea excelente y extraordinaria; algún talento especial con el que comerciar, algo de miel para llevar a la colmena común, no tiene más que corazón para ello. Sua cuique dos est. Que cada hombre, según sus propias capacidades, mejore lo que tiene para el beneficio común. De gracia ha recibido, déle de gracia; no tiene otra habilidad que la de Dios; quien sin embargo, para nuestro aliento, se complace en llamar nuestro que es su propia obra en nosotros.

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