Y el remanente de Jacob estará en medio de muchos pueblos como el rocío del SEÑOR, como las lluvias sobre la hierba, que no se detiene para el hombre, ni espera a los hijos de los hombres.

(i) Este remanente o Iglesia que Dios entregará dependerá únicamente del poder y la defensa de Dios (como lo hace la hierba del campo), y no de la esperanza del hombre.

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