Entonces les dije: Vosotros veis la angustia en la que estamos, cómo Jerusalén está desolada, y sus puertas quemadas con fuego: venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, para que no seamos más. (f) un reproche.

(f) Es decir, despreciado por otras naciones como si Dios nos hubiera abandonado.

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