Entonces les dije, en una reunión convocada con ese propósito, en la que Nehemías presentó sus credenciales y se dirigió a ellos de manera inspiradora: Vosotros veis la angustia en la que estamos, el mal que les ha sobrevenido, cómo Jerusalén está asolada, y sus puertas están quemadas con fuego; Venid y edifiquemos el muro de Jerusalén, para que no seamos más oprobio, objeto de desprecio y burla de parte de los enemigos.

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