No pongas tu confianza en (b) príncipes, [ni] en el hijo del hombre, en quien [no hay] ayuda.

(b) Para que Dios tenga toda la alabanza: en la que prohíbe toda confianza vana mostrando que por naturaleza estamos más inclinados a poner nuestra confianza en las criaturas que en Dios el Creador.

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