Quizás el más bello de los instrumentos y seguramente el más común entre los antiguos, el arpa se menciona muchas veces en la Biblia (1 S. 10:5; 2 S. 6:5; 1 R. 10:12; 1 Cr. 13:8; 15:16, etc.). Tenía en la Antigüedad diversos tamaños y formas, según se ha constatado por los numerosos ejemplares encontrados en Mesopotamia. La traducción del término hebreo para este instrumento varía según las distintas versiones: arpa, salterio, cítara, lira, etc. El número de las cuerdas variaba según el tamaño y la forma de instrumento. Numerosos salmos están compuestos para ser tocados con arpa. David tocaba el arpa (1 S. 18:6 ss). En las festividades y en el culto del Templo las arpas acompañaban los cantos (1 Cr. 15:16; Neh. 12:27).


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