Esposa de categoría secundaria.

En ocasiones esclavas dadas por las esposas a sus maridos para tener descendencia (Gn. 16:2, 3; 39:29); no era, sin embargo, la principal razón de tomar concubinas. Dt. 21:11 da la raíz de esta práctica: un hombre veía a una mujer hermosa, y la codiciaba. Dios parece simplemente haberlo permitido por la misma causa que afirma el Señor Jesús acerca de la facilidad para dar la carta de divorcio: «por la dureza de vuestro corazón» (Mt. 19:8). Se prohíbe a los reyes de Israel que se multipliquen mujeres, para que no extravíen sus corazones (Dt. 17:17). Ésta fue la causa de la caída de Salomón (1 R. 11:3). En Est. 2:14 y Dn. 5:2 se ve que el concubinato era también una costumbre entre los gentiles.

El cristianismo denuncia este mal, reconociendo la relación conyugal monógama tal como Dios la estableció «al principio» (Gn. 2:23, 24; cp. Mt. 19:8, 9; 1 Ti. 3:2, 12; Tit. 1:6), y por ende la santidad del lazo matrimonial en aquellos que Dios ha unido entre sí.


Elija otra letra: